martes, 24 de julio de 2007

Buenos Aires I: Apéndice sobre economía solidaria

La excusa para ir a Buenos Aires era el Primer encuentro internacional sobre Economía de los trabajadores: Autogestión y Distribución de la Riqueza. El nombre que debiera haber tenido debería hacer referencia a la economía solidaria o economía social. No soy un entendido en el tema (hay mucha bibliografía al respecto, de ahí la pondré), pero la idea principal es que esta visión económica surge contra la acumulación (y correspondiente desigualdad) que produce el modelo capitalista – neoliberal. Algunos términos que salieron a la palestra son: economía de los pobres, economía de los trabajadores, economía de los excluidos.

¿Y qué entender por economía social? Por lo que entendí no es un tema cerrado ni mucho menos. Pero para dar una idea, se da básicamente en medios productivos de la economía, y versa sobre una repartición justa de los excedentes resultantes de la labor productiva. Por lo mismo se dice que está ligado a la economía de los excluidos, puesto que no alcanza al sector productivo formal (tal como la entendemos normalmente, empresas productoras que maximizan su utilidad). De hecho el Banco mundial lo reconoce como un tercer actor dentro del modelo económico, además de la empresa privada y el estado.

Al ser un encuentro de debate, la cita dio lugar a compartir muchas experiencias que se dan en distintos países. Entre ellas, destacaron la experiencia de las "empresas recuperadas" en Argentina, el rescate de las empresas petroleras venezolanas, y la labor de los mercados informales.

Las empresas recuperadas argentinas son empresas que con la crisis se fueron a la quiebra, y en las cuales los trabajadores agrupados en sus sindicatos siguieron produciendo para poder mantenerse. En la mayoría de estas empresas la experiencia ha sido positiva, puesto que los niveles de producción han dado dividendos, y estos han sido distribuidos en términos similares entre todos quienes trabajan en ellas.

Lo de las empresas venezolanas sin duda que se mezcla con el factor político de Chávez. Pero es interesante desde el punto de vista que el estado, a diferencia de otros países, ha facilitado el quehacer de las cooperativas (como agrupaciones de personas que realizan cierta actividad económica, no como las entendemos en Chile). Actualmente existen más de 100.000 cooperativas en ese país (las cifras oficiales indican el doble, pero doy la cifra como piso), las cuales se han constituido como organizaciones territoriales que suplen la labor productiva que la empresa privada está dejando de realizar en Venezuela, y que cuyo funcionamiento está marcando también la construcción de nueva legalidad que normalice dicha situación (es decir, el funcionamiento de las cooperativas van por delante de lo que señala la institucionalidad).

Los mercados informales son lo que en Chile entendemos como ferias libres. Obviamente se incorporan otros mercados informales en otros países, además del tema de los trabajadores informales, que en otros países constituyen algunos casos de cuasi esclavitud en países orientales hasta empleadas domésticas que no tienen situación regularizada. Si mal no recuerdo, el ámbito informal constituía algo así como el 16% de la fuerza laboral mundial (investigaré la cifra exacta). Estos mercados se constituyen en espacios productivos donde la cooperación mutua y la cooperación se superponen sobre la máxima de maximizar la utilidad individual.

Como término abierto, la economía social se constituye como una alternativa para ciertos sectores de la sociedad que no perciben los beneficios del modelo económico (a mi entender, no es alternativa al modelo capitalista, puesto que omite muchos actores del funcionamiento económico como son, por ejemplo, los mercados especulativos), en la cual confluyen también la discusión del llamado "socialismo del siglo XXI" (el cual incluso fue anunciado con bombos y platillos por Chávez), que hasta ahora no hay consenso en qué significa pero que busca una alternativa a la globalización capitalista, en cuya concepción no se encuentra una noción mínima de igualdad (en ninguna de sus variedades) ni de mejor distribución de la riqueza.

domingo, 15 de julio de 2007

De frente y mirando hacia adelante

Cuando aún cursaba la básica en el San Ignacio, mis compañeros del (incipiente) "Murayón" me hueveaban porque conocía algunas radios AM más que escuchar la rock&pop (con "la jaula del mono", "los bacalaos daos" y "el chacotero sentimental" incluidos). No lo negaba: acostumbraba a escuchar los partidos del futbol chileno por la Radio Chilena, con Vladimiro Mimiça (tuya mía para ti para mi taac taac taaac), Carlos Caszely, Pedro Carcuro y "el butomático" - el hombre de las estadísticas - todos en "La chispa del deporte".


Años después, una vez que aprendí a estudiar en la universidad (dejando de estudiar frenéticamente los sábado y domingos) empecé a retomar de a poco esa costumbre: ya Radio Chilena había cambiado el formato después de abrir su señal FM - poco después sería vendida y reemplazada por Radio Play- y había eliminado el área deportiva, por lo que me pasé a la competencia: "Al aire libre" en Cooperativa, con Aldo Schiappacase, Ricardo Chávez, Ernesto Díaz Correa ("pelota en la red -bis bis bis - , mató -bis bis bis bis bis bis bis-), Hans Marwitz, entre otros.


Muchos años escuchando fútbol... después de "los últimos años dorados del fútbol chileno" (Colo Colo campeón de la libertadores el '91, la UC de Lunari y Reinoso finalista de la libertadores el '93, la U del matador y el Leo Rodríguez en semis de la misma competición el '96, Colo Colo de Gustavo Benítez en semis el '97 con Emerson Pereira e Ivo Basay, Chile en Francia '98) vino la debacle económica que aun no pasa completamente, y que sumió a nuestros equipos en la mediocridad propia de un país chato como Chile... y que inevitablemente arrastró a la selección nacional a sus peores momentos futbolísticos.


Se dio entonces un caso de correlación espuria claramente, y no sé si sea demasiado arriesgado hacer un cruce con lo que era el momento-país en esos años... Pero es notoria la coincidencia: la libertadores del '91 unió al país más que la Teletón, el surgimiento del "Jaguar de América" durante la segunda mitad de los '90 - era bluf, pero la gente se la compraba -, y la depresión futbolística que coincidió con el mandato de Lagos.


Por ello sorprendió gratamente la inclusión de Claudio Borghi. Creo que después de Mirko Jozic, Borghi ha sido de esos técnicos que le han cambiado el chip a nuestro pequeño mundo del fútbol. Preocuparse más de avanzar que de protegerse, apostar al fútbol ofensivo, eran conceptos que los técnicos del medio local nunca llegaron a comprar completamente, pero que ahora surgen como nueva exigencia del medio. Lastimádamente es una actitud que aún no permea la selección adulta, pero va en un proceso en el cual también cae nuestra selección sub-20.


Hace tiempo que no veía con tanta expectación el desempeño de un combinado nacional. A pesar de lo expresivo del resultado, el pleito resultó muy apretado. Nuestra selección tenía casi todo en contra (los rivales eran superiores en pegada, rapidez y condición física, además de la lesión de Sánchez y la suspensión de Vidal), pero como nunca un grupo de chilenos mostró pundonor, sacrificio y mucho esfuerzo. Como nunca, una selección nacional supo pararse de frente y mirando hacia delante, apostar al juego de equipo sin basarse en figuras personales, jugando en busca del arco rival, sobreponiéndose al cansancio y a los incontables calambres que conlleva jugar más de dos horas frente a un rival que les exigía el máximo de esfuerzo y concentración.


Más que claro que deja una importante lección a la selección adulta... Independiente de que salga de un partido de fútbol, aunque se vea complementada con las imágenes de los exiliados chilenos en Canadá que lloran en el estadio con el himno nacional, y que tenga como aliño especial los comentarios extra-futbolísticos de Pedro Carcuro, nos dejan un mensaje como país. Estamos acostumbrados a dejarnos vencer por factores exógenos sin intentar sobreponerse a ellos, exigimos (demasiadas) facilidades para desempeñarnos, y preferimos cuidar nuestras pequeñas parcelas de influencia antes de arriesgarse a ir de frente, mirando hacia adelante.


Es más fácil tener rencillas personales por hacer un comentario cuando no se hace nada que por no ponerse de acuerdo en cómo hacer algo. Defendemos lo que hacemos, aunque esté mal hecho, aunque ello suponga renunciar a superarnos y destruir a personas que desean que las cosas se hagan mejor. Lo vemos todos los días: querellas por "injurias y calumnias", campañas comunicacionales que intentar suplir fallas evidentes, acusar descalificaciones inaceptables, voladores de luces que desvían la atención, tribunales supremos que condenan a quienes dicen las cosas por su nombre.


Nuestro país y nuestras instituciones (públicas y privadas) exudan mediocridad, y por lo mismo estamos acostumbrados a los fracasos... la sub-20, de frente y mirando hacia adelante, apostaron a lo contrario: y allá están, entre los mejores. Si tuviera auto, saldría a la calle a tocar la bocina para celebrar.

viernes, 13 de julio de 2007

Crecimiento económico, made in Chile (parte II)

Ha pasado un poco más de una semana desde que publiqué el artículo sobre crecimiento económico, y algunos hechos han ido corroborando lo que escribí en esa primera parte (bueno, era la única parte, pero creí importante dejar constancia de estos datos). Velo aquí, puesto que de otra forma el presente puede resultar incoherente.

Ricardo Ffrench-Davis, premio nacional de Ciencias Sociales el 2005 (además es economista del CESCO de la DC), afirmó hoy que el alza de la tasa de interés a 5,25% es una mala señal puesto que el brote inflacionario debe sus causas más a factores externos que a factores internos (tal como había dicho en el artículo anterior). Aun así, independiente de si son factores internos o externos, la teoría señalaba que era apropiado elevar la tasa de interés... Lastimádamente también hace más cara la vida a quienes estamos acá y no somos parte del "auge económico" proclamado por las autoridades.

IPC de junio: 0,9%. Un tercio de lo que se tenía presupuestado para 2007.

Encuesta CEP: las preguntas sobre percepción de la economía chilena reflejan un alza en percepción negativa de la economía actual (sube de 29% a 36%), y pesimismo en el ámbito económico en el mediano plazo (el porcentaje que cree que mejorará baja de 33% a 24%).

Sobre percepción de administración económica del actual gobierno, la encuesta señala que la aprobación del manejo que ha dado hacienda baja del 45% al 34%, lo que en parte arrastra a la baja la aprobación al manejo de la administración Bachelet en general.

Camilo Escalona, quien vive en Marte, culpó a "los personalismos" (aludiendo a los díscolos) como la causa de la baja en la encuesta del gobierno. ¿Cuándo entenderá que el gobierno y el stablishment político (incluido el), en su funcionamiento regular, son quienes no pueden leer lo que le está pasando a la sociedad? Como muestra un botón: La cercanía de la administración Bachelet con la gente (lo que en su momento fue su atributo fuerte) bajó ostensiblemente.


lunes, 9 de julio de 2007

Entre esos tipos y yo hay algo personal!


Probablemente en su pueblo se les recordará
como a cachorros de buenas personas,
que hurtaban flores para regalar a su mamá
y daban de comer a las palomas.

Probablemente que todo eso debe ser verdad
aunque es más turbio cómo y de qué manera
llegaron esos individuos a ser lo que son
ni a quien sirven cuando alzan sus banderas.

Hombres de paja que usan la colonia y el honor
para ocultar oscuras intenciones:
Tienen doble vida, son sicarios del mal,
entre esos tipos y yo hay algo personal.

Rodeados de protocolo, comitiva y seguridad,
viajan de incógnito en autos blindados
a sembrar calumnias, a mentir con naturalidad,
a colgar en las escuelas su retrato.

Se gastan más de lo que tienen en coleccionar
espías, listas negras y arsenales;
resulta bochornoso verlos fanfarronear
a ver quién es el que la tiene más grande.

Se arman hasta los dientes en nombre de la paz,
juegan con cosas que no tienen repuesto
y la culpa es de otros si algo les sale mal.
Entre esos tipos y yo hay algo personal.

Y como quien en la cosa nada tiene que perder
pulsan la alarma y rompen las promesas
y en nombre de quien no tienen el gusto de conocer,
nos ponen la pistola en la cabeza

Se agarran de los pelos pero, para no ensuciar,
van a cagar a casa de otra gente
y experimentan nuevos métodos de masacrar,
sofisticados y a la vez convincentes.

No conocen ni a su padre cuando pierden el control,
ni recuerdan que en el mundo hay niños
Nos niegan a todos el pan y la sal.
Entre esos tipos y yo hay algo personal.

Pero eso sí, los sicarios no pierden la ocasión,
de declarar públicamente su empeño,
de propiciar un dialogo de franca distensión,
que les permita hallar un marco previo.
Que garantice unas premisas mínimas
que faciliten crear los resortes
que impulsen un punto de partida solido y capaz
de este a oeste y de sur a norte,
donde establecer las bases de un tratado de amistad
que contribuya a poner los cimientos
de una plataforma donde edificar
un hermoso futuro de amor y Paz.

(Algo Personal, Joan Manuel Serrat)

miércoles, 4 de julio de 2007

Crecimiento económico, made in Chile

Si uno lo ve de forma displicente y electoralista, el país está creciendo (económicamente hablando, que al parecer es el único crecimiento que importa). Las expectativas de crecimiento para este año se esperan cercanas al 6%, con lo que los trabajadores podrán estar felices dado que un crecimiento superior al 5,8% signifique que el sueldo mínimo llegará a la gran suma de $145.000.

Seguramente los personeros de la concertación, incluido los socialistas, podrán vanagloriarse de aquellas cifras. Lastimádamente la realidad que ven Bachelet, Velasco y Escalona dista mucho de la verdadera realidad. La que viven a diario millones de chilenos que ven como "el país avanza" y que se quedan abajo.

Tal es el convencimiento de esta realidad que las cifras de pobreza arrojadas por la CASEN sorprenden a la mayoría de quienes escuchamos la noticia. Buena parte optó por cuestionar la metodología de la encuesta, en una parte por estar basada en una canasta desactualizada, por otra que no se entiende que alguien que gane un peso más o un peso menos de $48.000 defina que sea pobre o no. Incluso la presidenta tuvo que salir a decir que en realidad la cifra no era tal, ya que con las prestaciones que hace el estado en las personas hacen que estas tengan un ingreso "real" de $180.000. Tan real que sólo pueden disponer de un cuarto de dicha cifra, y los tres cuartos restantes (dado que incorporan algunas prestaciones de salud entre otras) puede que ni siquiera lleguen a proveer la capacidad de lograr una canasta-real-mínima de bienes.

El país crece, el país crece. Sale en los medios todos los días. Lo dice La Moneda. Sale en los titulares de El Mercurio, La Segunda, La Tercera, La Nación. ¿Qué es lo que está mal? El "buen momento económico" da pié a que las grandes empresas argumenten que podrían crecer más si se flexibilizara las mínimas condiciones laborales que se les exigen. Con el pretexto de dar más empleo argumentan que necesitan mayor flexibilización de la casi nula legislación ambiental. Con el pretexto de un posible mayor crecimiento, las empresas "socialmente responsables" se preocupan dadivosa y desinteresadamente de las pequeñas y medianas empresas al pedir que se bajen ciertos impuestos.

Hace unas semanas, en Tolerancia Cero, Fernando Paulsen discutía con Pablo Longueira acerca de los beneficios que traía el crecimiento económico. Obviamente la conversación se enmarcaba dentro del discurso teórico importado desde Chicago, pero Fernando estiró un poco más el elástico: ya Pablo, pero explícame: qué es lo que asegura que los trabajadores tengan un mejor status de vida ante el crecimiento de la empresa. Obviamente, ante la insistencia, el discurso de Longueira sucumbió frágilmente tal como lo haría un elástico elaborado con supuestos buenos componentes que no eran como se suponían: Porque es así, respuesta que se perdió entre las notas que daban el pase a los comerciales.

¿Y qué asegura que el crecimiento económico sea condición suficiente de un mejor status de vida para los habitantes del país? Puede que sea condición necesaria, pero las dudas acerca del modelo apuntan tácitamente a la condición de suficiencia. Que haya más dinero no implica que este sea gastado de forma de mejorar la calidad de vida (se puede concretar en casos micro como "hacer una mala compra", o en casos macro como el gasto actual en educación o en transporte urbano).

La duda es tal que en Chile se está dejando entrever las fallas del modelo. No porque esté siendo llevado a situaciones límite, sino en su funcionamiento normal. Las cifras de la CASEN si bien puede ser una metodología aceptada por buena parte de los sociólogos, es una mirada muy parcial a la sociedad. A tal punto que toda la masa que está un poco más arriba de esa cifra puede volver a la categoría al tener gastos inesperados, ya sea un gasto médico, o un mayor gasto en comprar los alimentos básicos, que es el escenario que se avecina. Por motivos de distribución del ingreso, hay una gran masa de clase media que está cerca del límite entre "pobreza y no pobreza", mientras el 1% de la población se lleva el 10% del PIB, el estado chileno invierte más dinero (via excenciones tributarias) en el quintil más rico que en el quintil más pobre, y que (a lo más) los dos primeros quintiles reciben aportes estatales directos. O sea, hay un sector considerable de la población que es lo suficientemente rico para no ser pobre y no recibir ayuda del estado, y suficientemente voluble como para, ante cualquier imprevisto, caer en la pobreza (especialmente considerando lo dicho por la ministra de Planificación, que señalaba que el 70% de la población percibía un ingreso menor al promedio)

En cuanto al escenario laboral, la baja del desempleo no ha llevado a la creación de mejores condiciones laborales - corroborado por el continuo llamado de los grandes empresarios a la flexibilización - ni a mayor confianza respecto al futuro próximo, y para qué hablar sobre los sueldos. Un reflejo de esto es la encuesta de la Tercera, que entre abril y junio evaluó que si bien hay mayores expectativas en el mercado laboral, las expectativas económicas no repuntan; de hecho, las expectativas son las expectativas y la realidad es la realidad: el 29% dice estar peor que hace un año (alza de 3 puntos porcentuales) mientras el 25% declara estar mejor (igual que medición anterior).

Lo que tenemos para los próximos meses es un tanto desolador: se prevé que a septiembre de este año el litro de leche llegará a costar $1.000. Ya está anunciada una fuerte alza en el kilo de pan. Ante el impulso inflacionario (en parte ejercida por presiones externas al país más que por consumo interno), ya se habla de un aumento en las tasas de interés (nada contra la política que respalda eso, pero sin duda que, para quienes no pueden decidir entre comprar o ahorrar, les encarece la vida). El alza de los combustibles ya tiene fuertes efectos sobre el precio de vegetales, y esta por reflejarse en otros productos de consumo masivo.

Sé que no es un escenario dramático económicamente hablando, y que es un ciclo que se repite de manera relativamente frecuente. Pero, ante el alto precio del cobre, lo triste es que las cifras de crecimiento seguirán altas, el quintil más rico se llevará la mayor tajada de ese crecimiento, el común de la gente sufrirá un deterioro de su calidad de vida, mientras las autoridades seguirán celebrando su acertada política económica.